lunes, 29 de septiembre de 2014

Fragm. de "Tierras de cristal" - Alessandro Baricco


Aquellas dos imágenes le habían entrado por los ojos como la instantánea percepción de la felicidad absoluta y sin condiciones. Se las llevaría consigo para siempre. Porque es así como te fastidia la vida. Te pilla cuando todavía tienes el alma adormecida y siembra en su interior una imagen, o un olor, o un sonido que después ya nunca puedes sacarte de encima. Y aquélla era la felicidad. Lo descubres después, cuando ya es demasiado tarde. Y ya eres, para siempre, un exiliado: a miles de kilómetros de aquella imagen, de aquel sonido, de aquel olor. A la deriva.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Fragm. Cartas Extraordinarias - María Negroni


"En una palabra, elegiré vivir las pesadillas de la infancia (no las pasiones tristes de un adulto) y, si me porto bien, puede que Dios me deje ir a jugar, de vez en cuando, al infierno.
Nada de lo que ocurre después de los doce años importa demasiado, les aseguro. Uno empieza a acarrear jorobas metafísicas, a decir cosas que no significan nada, y así acumula experiencias, lobitos que te serruchan el piso y otras escorias por el estilo. No sé cómo explicar tal catástrofe. A lo mejor, lo que pasa es que a esa edad nos morimos, pero somos tan chiquitos que no entendemos la muerte y, por eso, empezamos a vivir en medio de cosas serias y tristes, y nos olvidamos de dar y recibir dedales en lugar de besos."

Carta apócrifa de J.M. Barrie.